30 de abril de 2010

Un montón de instantes


Siempre tuve la teoría de que los Jueves son los nuevos Sábados. A el pasado Jueves me puse manos a la obra, en vez de salirme un par de alas blancas me salieron cuernos y rabo(bromas aparte) y me fui a una fiesta erasmus de ángeles y demonios. Creo que seguir el ritmo erasmus teniendo que madrugar para ir a la Ofi no fue buena idea aunque eso no significa que no repita porque se armo la del....demonio?

Duro viernes soñando con una cama hasta que finalmente caí en ella para descansar, pues me esperaba un largo sábado.

Era hora de conocer el este del Peloponeso asi que el sábado pasado alquilamos un coche y nos dirigimos a la exploración.

Éramos cinco los miembros de esta exploración; María y 3 de sus amigas que estaban de visita. Partimos pronto de Atenas. Nuestra primera parada fue Nemea, un conjunto de ruinas de la que fue una gran ciudad en la antigüedad y hoy no es mas grande que Sotrondio.


De aquí: dirección Micenas. La antigua ciudad, custodiada por sus dos leones(hoy sin cabeza) guarda todo su esplendor a pesar del paso de los años. De aquí era originario Páris, el que se llevo a Helena de Troya consigo. A las puertas de esta ciudad gritaba Brad Pitt, perdón, Aquiles eso de Páris!!!!!!!Páris!!!!!!!!La verdad que como un secreto guardado por las montañas que la rodean, la ciudad impresiona y deja entrever lo que fue antaño, cuna de una cultura.


Impresionados y ya con nuestros estómagos hambrientos decidimos cruzar el Peloponeso profundo para llegar por fin a Nafplio. Nafplio es un bonito pueblo costero rodeado de varios castillos medievales que datan de la época de la ocupación veneciana. Tras ascender a los dos castillos y disfrutar de sus vistas y entresijos decidimos que era hora de degustar un buen festín. Y cual festín medieval falto de bufones nos deleitamos con una buena parrilla de carnes.


Con los estómagos y las ansias de conocer llenas, nos dirigimos de vuelta a Atenas. En todo viaje han de ocurrir contratiempos, mas en la tierra de la Odisia, por lo que a mitad de camino cuando ya íbamos a dejar las serpenteantes carreteras del Peloponeso profundo para coger la autopista a unos escasos 100m había un cartel que rezaba οδός κλειστό, que significa carretera cortada por lo que decidimos usar la vía de servicio que tiene toda autopista hasta la siguiente salida: 23km por un camino de cabras(como podéis ver en al foto no es una metáfora) paralelo a la autopista.


Breve parada para ver el canal de Corinto, no se que tiene este sitio pero no me canso de parar aquí


El día no pudo tener mejor final que ver como se ponía el sol sobre la gran Atenas, desde una de sus colinas: Lekavitos.

Hay instantes que valen toda una vida y vidas que cambian por un solo instante y es que "El instante es la continuidad del tiempo, pues une el tiempo pasado con el tiempo futuro."

3 comentarios:

  1. Me encanta esa foto del atardecer y me encanta poder conocer un cachito de grecia!! sigue escribiendo. Besitos

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  2. Xuacks es esa una de las ¿7? o no se cuantas colinas que rodean atenas?
    POr cierto como está la cosa por ahí desde que el gov vende bonos basura??
    Un abrazo

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  3. Que bonito xuacu, por cierto, me suena el coche que alquilaste no?

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