9 de noviembre de 2010

El fin del verano


Comenzaba Septiembre y no se terminaban los viajes a las islas. Recién estrenado el mes, un aire fresco vino desde Marruecos y nos fuimos a Andros. La mayor de las islas cicladas no decepcionó. Como no, una isla con bonitas playas, pueblos escondidos en la montaña y un nuevo barco hundido.



Pensaba que lo bueno terminaba, que se acaba el verano pero de nuevo apareció un viaje interesante por tierras helenas. Esta vez el objetivo era el Peloponeso. El teatro de Epidabro y su "homecinema clásico"(tenéis que oír la acústica de este lugar...), volver a disfrutar de Nafplio, ver su vida nocturna, conocer el mítico lugar de nacimiento de Leónidas y gritar: Esto es Espata!, descubrir que también en Grecia hubo castillos, pasear en cayuco por cuevas de cuento de dragones y descubrir un nuevo barco hundido en las costas griegas. Esos fueros los secretos que escondía el Peloponeso.





Pero Septiembre también tuvo un toque gris, el gris de la despedida. Y es que la oficina se nos quedaba vacía, se nos iban las Icex. Cuando estas lejos de casa, los compañeros se convierten en la familia. Desde aquí mandarles un beso muy grande que se de buena tinta que se les presenta un futuro prometedor como no podía ser menos.

Todo en la vida es cíclico y si unos van otros llegan. Empezaba Octubre y llegaban los nuevos becarios. Aires nuevos para la oficina. Junto con los becarios llegaba también Bea, la alegría que faltaba para recuperarse de la despedidas.


Los nuevos becarios tenían que tener una presentación en sociedad. El día nacional de Taiwán era el evento idóneo: mejor hotel de Atenas, recepción con comida y copas...que os voy a contar.


Con las energías recargadas nos fuimos a Santorini. Increíble, podría escribir un millón de palabras y me quedaría corto. Esa isla volcánica en medio de las cícladas en sin duda uno de esos sitios únicos en el mundo, uno de los que dices "por lo menos hay que ir una vez en la vida". No tiene grandes playas pero su arquitectura, sus colores y su peculiaridad geográfica la hace única. Ni que decir tiene que la compañía también hace mucho. Un fin de semana inolvidable en tierras del volcán que se cree fue el causante del fin de la civilización micénica. Playa, turismo, paisajes de ensueño, tranquilidad, naturaleza, mar...


















Octubre transcurrió tranquilo, era tiempo de volver a ser un Ateniense, tras un verano de viajes e islas apetecía quedarse un poco en "casa". Los nuevos becarios se hicieron un hueco rápido y dejaron de ser "los nuevos" para a ser parte de la familia. Todavía verdes en la ciudad, había que ilustrarle en los lugares, asegurando así el "legado" de "la otra Atenas".

Llegamos a finales de Octubre, y una sombra de un nuevo viaje rondaba mi cabeza...esa sombra la proyectaba una nube, una nube con forma de Balcanes.


Otoño, hollywood nos lo pinta como la estacion romántica, puede que no les falte razón y es que como dicen en nuestra tierrina "no hay na´mas guapo que querese fios" pero no os olvideis que "El amor sólo se da entre personas virtuosas" Disfrutad del otoño!

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